jueves, 7 de febrero de 2013

Lecturas del Bestiario



Sabuesos del Infierno
 Sinopsis/comentario:  Solo en un páramo, de noche, un viajero oye un aullido distante que se va acercando poco a poco a través de la oscuridad. Desesperado  escudriña la niebla que se arremolina a su alrededor mientras procura averiguar desde que dirección se esta acercando el animal.
De repente ya lo tiene encima, negro, inmenso, de colmillos desnudos y unos ojos que brillan con luz siniestra e infernal…


Sir Artur Conan Doyle imagino esta escena espeluznante para la clásica novela de misterio de Sherlock Holmes El sabueso de los Baskerville, pero este se inspiro en una larga tradición del folklore británico.
Las historias de perros negros sobrenaturales y sabuesos fantasmagoricos aparecen en muchas partes del reino unido. Los ejemplos incluyen al Barghest de Yorkshire, al Moddey Dhoo (perro negro en manes) de la isla de Man y al Black Shuck de Anglia Oriental. Existen también diferencias regionales en especial el Cu Sith o “perro feérico” de las Highlands escocesas que extrañamente es de color verde oscuro.


Es posible que el mas conocido de estos animales sea el Black Shuck, aunque el análisis de las diversas historias que han surgido en torno a este demuestra la poca consistencia de las narraciones.
En algunas ocasiones el perro es amenazador y en otras, poco más o menos que una presencia amistosa. Con frecuencia aparece y desaparece misteriosamente desvaneciéndose a veces en la nada o simplemente alejándose al galope. Algunos testigos están convencidos de su origen sobrenatural debido a su anormal tamaño y otros a sus ojos encendidos o al hecho de que desaparezca inexplicablemente.
Pero existe al menos una antigua fuente escrita que confirma el pedrigi del Black Shuck como sabueso del infierno.
El 4 de agosto de 1577 una terrible  tormenta azoto el condado de Suffolk, arraso la población de Bungay y derribo el campanario de la iglesia de Blythburg, un famoso monumento.
Poco después del suceso apareció un panfleto titulado “A strange and Terrible Gonder Wrought very lately in the Parish Church of Bungay” escrito por un párroco londinense llamado Abraham Fleming.
En el se afirmaba que la tormenta vino acompañada de la aparición de un perro negro sobrenatural que irrumpió en la iglesia de Bungay y ataco a dos de los parroquianos mientras rezaban arrodillados, mordiéndoles en el cuello, luego centro su atención sobre una tercera persona “lo agarro por la espalda de tal manera que acto seguido el hombre se replegó y se encogió como si fuera un pedazo de cuero abrasado por un fuego ardiente, o como si fuera la abertura de un monedero o una bolsa atada con un cordón”
Esta victima sobrevivió al ataque milagrosamente. El perro se dirigió entonces hacia la iglesia de Blythburg, a mas de quince kilómetros de distancia y actuó de idéntica manera: “ Allí, una vez mas, asesino a dos hombres y a un muchacho y quemo la mano de otra persona que estaba en el resto de la cofradía, varios de los cuales acabaron chamuscados”


El relato de Fleming parece ser único al describir el ataque homicida de un perro negro. Estos solían ser vistos más bien como presagios de la muerte que como agentes activos de la destrucción: una tradición  en la que también se inspiro Conan Doyle al inventar la maldición de los Baskerville.
Un paralelismo real implico a la familia Vaughn de la Marca galesa, quienes presuntamente solían ver a un perro negro antes de que un miembro de la familia muriera. Un relato sobre una de sus apariciones explicaba como un marido oculto la historia a su mujer hasta que uno de sus hijos cayo enfermo de viruela. La mujer subió al piso de arriba para vigilar al enfermo mientras la familia estaba a punto de sentarse a comer y unos instantes después bajo corriendo diciendo que había un gran perro negro sobre la cama del niño. Temiéndose lo peor, el marido corrió hacia la habitación, donde descubrió que el perro había desaparecido y que el niño ya estaba muerto.
A juzgar por una referencia de la biografía de Plutarco, sobre el estadista ateniense Cimon, dichas historias son muy antiguas; el biógrafo griego dejo constancia de un perro negro que apareció como un heraldo de la muerte del general. El papel de la bestia como portador de la muerte quizás explique en parte la tradición filológica que los relaciona con la melancolía, Sir Winston Churchill era conocido por utilizar la expresión “perro negro” para describir los ataques de depresión que le afligieron periódicamente a lo largo de su carrera.


Churchill tomo prestada la expresión de Samuel Johnson hombre de letras del siglo XVIII que padecía la misma dolencia, a su vez Johnson se estaba haciendo eco de un dicho tradicional destinado a niños malhumorados y adultos desconsolados que decía “Llevan un perro negro acuestas”.
La idea del perro como heraldo de fatalidad se combino con la imagen de un sabueso persiguiendo a su presa para crear la imaginería del conocido tema de blues de 1930 Hellhound on my trail:
“Tengo que seguir adelante,
  El blues cae como un granizo
  Y los días no dejan de atormentarme
  Tengo a un sabueso del infierno tras mi pista.”
Los mitografos que intentan establecer el origen de las leyendas de los sabuesos del infierno han tenido problemas a la hora de encontrar una única fuente consensuada.

Una línea de investigación remonta a la idea de Cerbero, el guardián de tres cabezas del averno grecorromano, o a Garm su equivalente en escandinavo, otra línea de indagación se extiende hasta la tradición de la brujería, donde los perros sustituían en ocasiones a los gatos, más comunes como espíritus familiares de las brujas.

En Inglaterra, la primera referencia conocida sobre un sabueso del infierno se remonta a la orden de detención expedida contra Jack Cade, líder de una revuelta popular contra el gobierno del rey Enrique VI en 1450.
Entre otros cargos formulados en su contra, Cade fue acusado de haber “criado al diablo bajo la apariencia de un perro negro”, en Dartford, en su condado natal de Kent.


Sean cual fueran sus orígenes, la idea de un sabueso del destino de un presagio de la mala fortuna acabo consolidándose no solo en Inglaterra, si no también en gran parte de Europa y Norteamérica; los Catalanes por su parte tienen una antigua leyenda sobre un perro demoníaco llamado Dip, cojo de una pata y que chupaba la sangre de la gente.




Esta leyenda habla de una especie de perros vampiros (o perros estrugas) que existieron en unas praderas situadas a unos cuantos kilómetros del sur de Reus. Por esa razón se creo un pueblo llamado Pratdip, (prado y el nombre del perro vampiro Dip) en su escudo incluye la figura de un perro.
 Puede que tales historias desempeñen una función psicológica necesaria y sean la expresión de temores reprimidos sobre el aspecto más feroz del animal al que la mayoría de la gente tiene por el mejor amigo del hombre.

By Tallman

1 comentario:

  1. Mr. Tallman, en el folclore, en las leyendas o en como quieran llamarlo siempre hay un fondo de verdad, eso no quiere decir que uno se lo pueda creer todo, pero se agradecen y mucho sus aportaciones con este bestiario, espero que tenga continuidad.
    Un saludo

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