domingo, 3 de febrero de 2013

Lecturas del Bestiario




El Wendigo
 Sinopsis/comentario:  Wendigo Monstruo de corazón gélido que habita en los bosques de Canadá.
Los bosques de Canadá figuran entre las últimas grandes zonas salvajes del mundo y sus extensiones han engendrado leyendas acordes con los temores que su silenciosa inmensidad inspira.
Los pueblos de habla algonquina del este de Norteamérica explican cuentos sobre el wendigo, un espíritu de los bosques que encarnaba todos los terrores que los viajeros solitarios podían llegar a sentir en un paisaje dispuesto a una escala mayor que la humana. Cualquiera que haya viajado por el bosque con la sensación de que algo terrible le esta persiguiendo puede hacerse una idea sobre la paranoia que la bestia era capaz de inspirar.


A lo largo de los años se desarrollaron distintas versiones de la tradición. Algunos afirman que solo había un Wendigo, mientras que otros sostienen que existen varios.
Las características principales que se le atribuían estaban relacionadas de algún modo con los temores primarios suscitados por el bosque, según se decía, tenia un corazón de hielo, lo cual simboliza la crueldad de los grandes bosques, el cuerpo era esquelético y eso atrae a la memoria el espectro del hambre, que nunca andaba lejos durante el invierno, las leyendas afirman que le faltaban dedos en los pies, lo cual evoca la congelación y que sus labios, como los de los cadáveres dejados en manos de los animales carroñeros del bosque, estaban roídos, pero sobretodo en todas las leyendas inciden en que era caníbal, lo cual evoca el mayor tabú de todos: el que impedía que las pequeñas comunidades que sufrían las penurias de la hambruna en el duro invierno devoraran a los de su propia especie.


Algunas personas creían que los chamanes eran capaces de transformar a sus enemigos en estos monstruos.
Otros insistían en los marginados que por la razón que fuera sucumbían al canibalismo se convertían en Wendigos aun cuando no hubieran nacido en aquella condición.
Pero el mayor temor de todos era ser cazado por un Wendigo.


Este desastre podía acontecer al toparse un viajero por el bosque con un Wendigo o cruzarse por accidente en su camino, o lo que era aun mas terrorífico, que un cazador podía acabar siendo cazado, acechado por los bosques durante horas o hasta días por un perseguidor invisible.


Los Wendigos eran capaces incluso de seguir la pista a sus victimas durante el sueño; según la cosmovisión de los indios nativos americanos, los sueños eran poderosos canales de energía psíquica.
Fuera cal fuera la forma de contacto, el destino de las victimas era siempre terrible.
En algunas historias eran devorados y no se las volvía a ver jamás, en otras acababan paralizadas por el miedo hasta que sus corazones dejaban de latir o morían congelados en días de angustioso sufrimiento, pero con mayor frecuencia no obstante, acababan convirtiéndose en Wendigos (incidencia recurrente existente en las leyendas de vampiros: la capacidad de crear victimas a su imagen y semejanza.) y este era el peor desenlace de todos, por que las victimas solían conservar suficiente de su antigua conciencia e intentar en momentos de lucidez volver con sus seres queridos, para comprender con horror que les estaba ocurriendo  y desear morir y acabar con sus suplicio.
Tales temores estaban lejos de ser vanas fantasías.
Datan casos de individuos atrapados en los largos inviernos septentrionales, que enloquecían y se veían abocados al canibalismo y verse dominados por un ansia insana por la carne humana. La enfermedad fue incluso distinguida con un nombre científico: psicosis del Wendigo.
De hecho, fue uno de estos casos el que hizo que el conocimiento del Wendigo pasara de los bosques canadienses a un ámbito mas amplio.


A principios del siglo XX, Algernon Wood, un conocido escritor de historias sobrenaturales ingles, vivía en una región remota de Canadá donde oyó hablar por casualidad de un hombre que padecía dicha enfermedad.
Utilizo el material como inspiración para una historia, El Wendigo, que con el tiempo se convertiría en un clásico del terror.



En gran medida, gracias a su obra, el monstruo encontró su lugar en lo mas oscuros recovecos del imaginario colectivo, uniéndose así a la familia de los vampiros y hombres lobo, sus semejantes mas conocidos.  


By Tallman

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